Los aranceles son un tributo obligatorio que hay que abonar, unos impuestos que se aplican solo a los bienes que son importados o exportados. En pocas palabras, son derechos de aduana sobre los productos tanto los que se importan como los que se exportan, y ahí la agricultura tiene un gran segmento.
Su objetivo no es otro que el de regular el mercado. Son los gobiernos los que están en potestad de emitir esos aranceles, en función de las necesidades que contemplen o de intereses frente a otros países. En muchas ocasiones, estos impuestos se utilizan como parte de políticas de control respecto a otros países, así como parte de las relaciones diplomáticas. Organismos supranacionales (como la Organización Mundial del Comercio - OMC) son los encargados de regular que estas políticas arancelarias no se realicen de manera excesiva, de tal modo que puedan afectar al precio de la campaña de ciertos productos.
¿Quién regula el libre comercio?
La Organización Mundial de Comercio (OMC) es la institución que constituye la base del sistema multilateral de comercio. También es la principal plataforma para el desarrollo de las relaciones comerciales entre los países mediante debates, negociaciones y decisiones colectivas. Esta institución es imprescindible para la garantía de un sistema comercial multilateral basado en reglas, estable, equitativo y abierto.
La OMC se estableció el 1 de enero de 1995 como sucesora del Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) tras la conclusión de las negociaciones de la Ronda Uruguay. Su sede está en Ginebra y sus idiomas de trabajo son el inglés, el español y el francés. Conviene destacar que la OMC no es una simple ampliación del GATT, sino que ha supuesto un significativo avance respecto a su predecesor, porque incluye acuerdos específicos para determinados segmentos (como es el caso que nos compete: la agricultura. En el enlace de abajo está disponible el acuerdo para su descarga).
Los aranceles en España
Existen algunos países en los que no se aplican aranceles a las exportaciones (como es el caso de Perú) y otros los aplica a las importaciones (el caso que más afecta a España en los últimos tiempos es el de EEUU con productos de alimentación). Por eso, es fundamental que los responsables del sector se reúnan con homólogos de otros países para intentar así establecer unas líneas de colaboración que no perjudiquen a la campaña, a los precios, y a las exportaciones. Estos acuerdos que afectan al sector primario se convierten en estrategias de macroeconomía que directamente se relacionan con el PIB del país, lo que da una dimensión política al asunto arancelario.
En España, a finales de febrero, el Ministerio de Agricultura acordó la realización de cuatro mesas de negociación creadas en el marco del Comité Asesor Agrario para dar continuidad a las medidas acordadas en la Mesa de Diálogo Agrario para paliar la situación de crisis que vive el sector agrario. Este paquete de medidas, que algunos calificaron de inútil porque no se ha materializado aún en ninguna medida efectiva, ha comenzado ya con la realización el pasado 10 de marzo de la primera mesas, de seguros agrarios.
Este mes de marzo (aún con la fecha por determinar) tendrá lugar también la primera de las reuniones sobre trasposición de la directiva sobre prácticas comerciales desleales, sobre cuestiones comerciales y sobre fiscalidad. De hecho, es tan importante el tema arancelario que será la primera de las reuniones del resto de mesas de negociación, y que abarca tres temas:
- Trasposición de la directiva comunitaria sobre las prácticas comerciales desleales
- Cuestiones comerciales, que incluye los acuerdos con países terceros, brexit y aranceles
- Fiscalidad, empleo y energía.
EEUU, un mercado de 900 millones de euros
En este momento, las negociaciones con EEUU siguen abiertas por los aranceles al vino y al aceite de oliva, aunque también se ven afectadas las frutas, quesos y conservas (siendo muy perjudiciales para los intereses de los fabricantes). Por ese motivo, las ministras de Exteriores e Industria viajan a Washington esta misma semana para rebajar la tensión comercial, con intención de tirar de la diplomacia para buscar puntos en común con los secretarios de Estado y de Comercio. Las cifras revelan que los aranceles de EEUU afectan a productos españoles cuya exportación anual supera los 900 millones de euros, de ahí la importancia de este acuerdo para el Gobierno de Pedro Sánchez, envuelto en la crisis del coronavirus (que puede suponer un varapalo para la economía de España a corto plazo).
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