Una vez que nos decidimos a producir, cualquiera sea el cultivo, una de nuestras metas es obtener el mayor rendimiento. En el
cultivo del tomate, tanto aire libre como en invernadero, también buscamos un buen calibre comercial, una coloración óptima, entre otros aspectos, para poder conseguir buenos precios promedios.
Y para lograr estas metas, que seguro también son las que tú buscas, debes evitar improvisar, ya que pondrías en riesgo tu rentabilidad.
Por ello, es vital valorar la elección y
aplicación de fertilizantes, determinar el momento adecuado según la etapa fisiológica, calcular las necesidades características según el tipo de tomate en producción, y tener claro cuáles son los fertilizantes para
engorde de tomate y bioestimulantes especializados más efectivos.
Aspectos generales de la Fertilización del Tomate
Si ya tienes en marcha la
producción de tomates o está en tus planes a corto plazo sabrás que para llevar adelante una fertilización eficiente en el cultivo de esta solanácea hay que estar al tanto de las cantidades extraídas de nutrientes.
Un sistema de
manejo de la fertilización se basa en un correcto equilibrio de suelos, su pH, un balance de materia orgánica, correcta electroconductividad, entre muchos otros factores.
Es decir, aunque dispongas de todos los
macronutrientes o micronutrientes y solo faltase uno, aunque pueda parecer poco relevante, este generará un desequilibrio y repercutirá en el rendimiento de tu cultivo.
Por eso, vamos a destacar la
importancia del balance de nutrientes.
El balance de nutrientes en tomate
El balance de nutrientes resulta de la diferencia entre la cantidad de nutrientes que ingresan y que salen de un sistema o unidad productiva determinada. La importancia de un correcto balance de nutrientes es básica para
producir tomates de calidad y color.
Estos nutrientes pueden tener procedencia química o ecológica, a partir de fuentes de aminoácidos o materia orgánica, entre otros. Para despejar dudas, el balance de nutrientes en tomate hace referencia básicamente a:
Salidas o extracciones del sistema
- Las pérdidas de elementos nutritivos por lavado del suelo, lluvias y riegos.
- Las pérdidas producidas por las extracciones de la producción vegetal y volatilización.
Entradas o importaciones
- La adición de nitrógeno (N), azufre (S) y otros elementos nutritivos disueltos en el agua de las precipitaciones.
- El nitrógeno atmosférico fijado de forma biológica por medio de bacterias y algas cianofíceas del suelo.
- La contribución de elementos nutritivos originados por la meteorización y disolución de las partículas minerales del suelo o sustratos.
- La aplicación de fertilizantes orgánicos y minerales por medio del abonado
El balance de nutrientes, a nivel de finca o de parcela, es un elemento clave para tener en cuenta en la fase de conversión de las unidades de producción.
Por si no lo recuerdas, refrescamos cuales eran los macronutrientes y cuales los micronutrientes:
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Macronutrientes: Nitrógeno, Fósforo, Potasio, Calcio, Magnesio y Azufre.
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Micronutrientes: Boro, Hierro, Sodio, Cloro, Aluminio, Manganeso, Cobre, Zinc, Molibdeno, Cobalto, Flúor y Selenio.
Extracciones de nutrientes en el Tomate
Un breve apunte: cuando hablamos de extracciones nos referimos a las extracciones por tonelada de producción de Tomate, por lo tanto, si hay un primer paso a dar antes de la fertilización del cultivo de tomate, ese sería el de estimar el rendimiento que esperamos.
En determinadas situaciones productivas puedes trabajar en una fertilización basada en el aporte antes del cultivo o, si tienes un suelo apropiado, puedes gestionar la recuperación de los nutrientes extraídos previamente para llevar un correcto manejo de este.
A modo genérico, vamos a detallar las
extracciones estándar para el cultivo de tomate. Aquí entran en juego los diferentes tipos de tomates, variedades, sistema de producción, clima, ubicación geográfica y más. Por ello, es recomendable que siempre te asesores con un profesional técnico quien podrá estimar y adaptar la fertilización a tu situación y sistema productivo.
Macronutrientes
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Nitrógeno: para una producción de una tonelada de tomate se estima una extracción de 2,2 a 2,4 Kg de nitrógeno.
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Fósforo: el tomate necesita entre 0,2 a 0,4 kg P/t de fruto. La mayor demanda de fósforo se requiere en fases tempranas del desarrollo de la planta.
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Potasio: la absorción es entre 2,6 a 3,6 kg/K/t de fruto, con la demanda más importante durante el crecimiento del fruto.
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Calcio: su extracción es de 1,6 a 1,7 Kg por tonelada de tomate. El consumo más alto de calcio ocurre desde la floración, pasando por el desarrollo del fruto hasta la cosecha.
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Magnesio: las extracciones de magnesio oscilan sobre 0,3 a 0,6 Kg por cada tonelada de tomate. La absorción vital es durante la floración.
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Azufre: la extracción en el cultivo del tomate se sitúa sobre 0,6 a 0,9 Kg de azufre por tonelada. El azufre se requiere durante toda la temporada de crecimiento.
Micronutrientes
A pesar de que en el
cultivo del tomate se requieren cantidades menores, el equilibrio correcto del boro y zinc es esencial. Y, como ya te recomendamos, es fundamental consultar a un profesional técnico para que realice un análisis foliar y un plan de fertilización de micronutrientes a medida.
6 puntos para tener en cuenta en el uso de fertilizantes para engorde de tomate
- Sumado a la necesidad de un equilibrio nutritivo, debe tenerse en cuenta los factores ambientales como, por ejemplo, la temperatura.
- Las características específicas de cada sustrato influyen de manera relevante en el proceso vegetal, dado que estos son una fuente natural de nutrientes.
- Es estratégico aprovechar todos los nutrientes del sustrato y mantener el equilibrio de este, para un beneficio tanto a corto como a largo plazo.
- Los fertilizantes para engorde de tomate más apropiados son aquellos que combinan materia orgánica con un alto contenido de potasio.
- Los fertilizantes organominerales en formato líquido llegan a zonas más profundas del perfil del suelo, si lo comparamos con materias orgánicas sólidas.
- Los bioestimulantes son una elección especializada para inducir la maduración y engorde de los frutos. Tienes la posibilidad de combinarlos con la fertilización de macronutrientes y micronutrientes.
5 errores frecuentes que se deben evitar en fertilización en tomate
- Realizar aportes sistemáticos que compensen las extracciones del cultivo.
- Efectuar aportes de fertilizantes de manera improvisada, sin antes haber hecho un correcto estudio del suelo, de su actividad biológica y de aquello que demanda el cultivo.
- Sostener la creencia de que las deficiencias de nutrientes se corrigen solas.
- Reemplazar la totalidad de los aportes minerales por fertilizantes orgánicos.
- Querer considerar que solo se deben realizar aportes de minerales como única base de la fertilización, dejando de lado a los abonos orgánicos.
En definitiva, mejorar y mantener un adecuado
balance de nutrientes y una correcta
planificación de la fertilización del cultivo de tomate, tanto en el suelo como en el sustrato o planta, es un aspecto básico que debes analizar si quieres dar impulso a tus rendimientos y sostenerlos en el tiempo.
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