Cada 24 de octubre se conmemora en todo el mundo el Día Internacional contra el Cambio Climático. Una celebración instaurada por la Organización de Naciones Unidas para paliar los devastadores efectos que se están produciendo en los últimos años en todo el planeta.
Precisamente en este año se celebró una cumbre internacional, previa a la celebración del Día Internacional del Cambio Climático, en la que el Secretario General de la ONU, António Guterres, hizo un llamamiento a todos los líderes mundiales para proponer planes concretos y realistas a fin de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 45 % en los próximos diez años y a cero para 2050.
En el sector agroalimentario, el cambio climático tiene efectos directos e indirectos en la productividad agrícola. Sobre todo, afecta a los regímenes pluviométricos, sequías, inundaciones y la redistribución geográfica de plagas y enfermedades.
Las grandes cantidades de CO2 absorbidas por los océanos causan acidificación, influyendo en la salud de nuestros mares y en aquellos cuyos medios de vida y nutrición dependen de los océanos. Relacionado con esta celebración, la ONU proclamó también el Día Mundial del Medio Ambiente (que se celebra el 5 de junio) con el objetivo sensibilizar a la población mundial en relación a temas ambientales y movilizar a los gobiernos para que actúen en este ámbito.