Ya sabemos que, una gran parte del nitrógeno que se aporta al cultivo a través del abonado, no se recupera. Esto se debe a que ocurren pérdidas por la fijación del amoníaco en el suelo como también, por filtración y volatilización.
Una de las soluciones es la aplicación de menores cantidades de fertilizantes, pero con una mayor frecuencia. A priori puedes pensar que es el camino más rápido y fácil. Eso sí, debes saber que esto genera notables costos operativos y de mano de obra.
Por ello, la solución más eficiente, desde donde lo mires, es la utilización de
abonos nitrogenados de liberación lenta.
Este tipo de fertilizantes merece un artículo como este. Hoy vamos a compartir algunas de las claves para aprovechar al máximo las ventajas que aportan y que, definitivamente, conozcas las principales características de los fertilizantes de liberación lenta y para qué sirven.
Antes de empezar, debes tener claro que son los
fertilizantes de liberación lenta. Y, eso es lo que te vamos a contar.
¿Qué son los fertilizantes de liberación lenta?
Se aplica la denominación liberación lenta a aquellos fertilizantes que brindan los nutrientes a las plantas de una forma eficiente, controlada y durante un período prolongado de tiempo. Esto permite reducir el número de aplicaciones y de unidades fertilizantes a aportar, generando de esta manera, una fertilización mucho más precisa y eficaz.
Así, logramos mantener niveles adecuados de nutrientes en el suelo, como por ejemplo el nitrógeno, durante el ciclo de desarrollo de la planta, minimizando pérdidas y evitando el exceso o deficiencia que caracteriza a otras formas de fertilizar más tradicionales.
Fertilizantes nitrogenados de liberación lenta
El nitrógeno es el nutriente que mayor demandan las plantas. Los compuestos derivados de la urea han dado sitio a un nuevo tipo de fertilizantes nitrogenados. Estos, tiene la cualidad especial de suministrar el nitrógeno a las plantas a medida que las mismas lo requieren.
Sin embargo, los suelos o sustratos no contienen suficientes
unidades de nitrógeno en forma fácilmente disponible. Por eso, se debe suministrar el nitrógeno de manera exógena.
Sin tener en cuenta la fuente de nitrógeno que se aplique, ya sea sintética u orgánica, la mayoría se transforma en nitratos disponibles para la planta, por medio del proceso de nitrificación. A pesar de ello, la tasa de nitrificación es muy variada.
Clasificación de fertilizantes nitrogenados de liberación lenta.
Los
fertilizantes de liberación lenta se clasifican en 3 grupos en función de su composición química, mecanismo, estructura y la forma de liberación de sus elementos:
- Abonos recubiertos.
- Abonos de baja solubilidad o de mineralización lenta
- Abonos con inhibidores de la nitrificación.
Veamos al detalle cada uno de ellos:
Abonos recubiertos
Los abonos recubiertos son fertilizantes convencionales que se muestran en forma de gránulos envueltos en una membrana semipermeable que está constituida por una sustancia insoluble o de baja solubilidad en agua.
La disolución del fertilizante se origina lentamente conforme el agua va atravesando el recubrimiento. Su membrana se va rompiendo debido al gradiente de presión osmótica (mayor en el interior del gránulo), liberando los nutrientes de manera progresiva.
Las sustancias más utilizadas como recubrimiento son:
- Azufre
- Resinas
- Caucho
- Parafinas
- plástico perforado
- Otros
Otros abonos recubiertos de utilización más concreta son:
- El nitrosulfato amónico recubierto de yeso o parafina.
- La urea con laca en escamas.
- El nitrato amónico recubierto de resina.
- La urea con fosfato amónico-magnésico.
Abonos de baja solubilidad
Este tipo de abonos requiere gran cantidad de agua para una completa solubilidad, asegurando una baja concentración de nitrógeno en la disolución nutritiva.
Pueden utilizarse productos orgánicos como, por ejemplo: urea-formaldehído, isobutilendiurea (IBDU), crotoliden diurea (CDU), oxamida, etc. e inorgánicos. También, productos inorgánicos, que comúnmente son fosfatos dobles de amonio y un metal, como es el caso del fosfato amónico-magnésico.
Abonos con inhibidores de la nitrificación
Las más importantes pérdidas de nitrógeno que se producen cuando se aplican
fertilizantes amoniacales y urea, suceden luego de su conversión a nitratos. Hoy existen determinados materiales que son tóxicos para las bacterias nitrificantes y que cuando son añadidos al suelo pueden inhibir temporalmente el proceso de nitrificación.
De este modo, reducen las pérdidas de nitratos por lixiviación y desnitrificación e incrementan el rendimiento de los fertilizantes amoniacales, así como también del nitrógeno amoniacal.
La inhibición no debe ser total y, estos abonos con
inhibidores de la nitrificación deben ser selectivos, de manera tal que sólo actúen sobre los microorganismos nitrificantes y no sobre otros microorganismos de las plantas.
Los abonos con inhibidores de la nitrificación son muy efectivos en suelos arenosos porque evitan el lavado de los nitratos y, en los suelos encharcados, evitan la desnitrificación.
¿Cómo funcionan y para qué sirven los abonos de liberación lenta?
En realidad, no existe el fertilizante perfecto. Si existen muy buenos fertilizantes de última generación, los cuales, seleccionados y combinados de manera correcta y estratégica a las diferentes especies y situaciones productivas, te permiten obtener una nutrición vegetal óptima.
Los de liberación lenta son utilizados en muchos tipos de cultivos hortícolas, frutales, hasta en cereales y, por supuesto, en especies ornamentales debido a que este tipo de plantas necesitan de nutrientes a lo largo del tiempo y no todo de una sola vez.
A diferencia de los fertilizantes tradicionales o llamados de liberación rápida que, tras ser aplicados ofrecen los nutrientes de forma inmediata, los fertilizantes de liberación lenta distribuyen los nutrientes a lo largo del tiempo. Es decir, se aplican una sola vez, pero continúan liberando nutrientes al suelo durante un tiempo prolongado.
Mejor lo vemos con este ejemplo:
La mayor parte del
nitrógeno disponible procede de fuentes de liberación rápida, las cuales desaparecen entre 4 a 6 semanas después de su aplicación. En cambio, con fuentes nitrogenadas de liberación lenta, podrás suministrar nitrógeno durante todo el ciclo de crecimiento del cultivo.
¿Cómo funcionan?
- El nitrógeno se torna disponible cuando el agua que difunde a través de la cobertura de polímeros disuelve las partículas de urea.
- Luego, el nitrógeno se filtra a través del revestimiento por el proceso de ósmosis.
- La difusión de nitrógeno hacia el suelo continúa hasta que desaparece la urea contenida en el interior del revestimiento.
Notas:
- La temperatura y el espesor de la cobertura de polímeros afectan la velocidad con la que el nitrógeno difunde a través del revestimiento.
- Con temperaturas altas y revestimientos delgados estos fertilizantes liberan el nitrógeno a mayor velocidad.
- En los SCU con revestimiento de polímeros, el agua pasa primero a través de la capa de polímeros y luego a través del revestimiento de sulfuro, para finalmente disolver la urea.
Factores que influyen en el ritmo de liberación del nitrógeno
Durante el
proceso de transformación del nitrógeno a nitritos, en la urea-foi-maldehído, hay ciertos factores que inciden en la actividad microbiológica del suelo como son:
- La elevación de la temperatura.
- La humedad del suelo.
- El pH. Más rápida será la solubilización para pH débilmente ácido (pH = 6,1) que para pH neutro (pH = 7) o ácido (pH = 5).
- La actividad microbiana que aumenta la degradación.
- La aireación que facilita el desarrollo de los microorganismos.
Ventajas de los fertilizantes de liberación lenta
- Suministran una reacción inicial lenta y a largo plazo.
- Evitan deficiencias o excesos de nutrientes.
- Al no tener que fraccionar las aplicaciones, se produce un ahorro en costos de mano de obra y operativos.
- Reduce las pérdidas por lixiviación de nitratos en el agua.
- Mejoran la eficiencia del uso de los nutrientes por parte de los cultivos.
- Menor perdida de nitrógeno por volatilización y desnitrificación.
- Permiten aplicar dosis más precisas, evitando la acumulación de sales y la contaminación de las aguas subterráneas.
En definitiva, los
fertilizantes de liberación lenta son una gran oportunidad para dotar de nutrientes a tu cultivo de manera prolongada y acompañando todo su ciclo de crecimiento. Gracias a su uso podrás aumentar, tanto en calidad como en cantidad, los rendimientos de tu cultivo.
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