El 17 de junio, Naciones Unidas celebra el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía.
La FAO promueve la celebración de este día para concienciar sobre la importancia de luchar contra la desertificación y la sequía. La producción agrícola, el transporte, la distribución y el comercio de alimentos se enfrentan a nuevos desafíos, en particular a medida que la pandemia de COVID-19 amenaza la seguridad alimentaria, la salud y los medios de vida de millones de personas y pone de manifiesto la fragilidad de nuestros ecosistemas y sistemas alimentarios.
Este día internacional subraya la urgente necesidad de prevenir y detener la degradación de la tierra y del suelo, y de restaurar los ecosistemas degradados, a través de la gestión sostenible de los recursos naturales, algo fundamental para lograr un mundo sin degradación de la tierra y con seguridad alimentaria.
A nivel mundial, alrededor del 33% de las tierras utilizables del planeta están degradadas, y más de 25 000 millones de toneladas de la capa arable del suelo se pierden anualmente debido a la erosión y la desertificación. Necesitamos transformar nuestros sistemas alimentarios para seguir pautas de producción y consumo sostenibles que proporcionen alimentos sanos y nutritivos y, al mismo tiempo, salvaguarden el agua, la tierra, el suelo y la biodiversidad.