Insectos, lombrices y enzimas se combinan para cerrar el círculo del material plástico
El proyecto RECOVER busca reciclar los plásticos agrícolas, entre otros muchos
En todo el mundo se producen 360 millones de toneladas de plástico, más del 50% no se recicla, lo que supone un problema ambiental, social y económico. La incapacidad de reciclar estos envases se debe a la capacidad limitada de las actuales técnicas de reciclado.
Hace unos meses os hablamos del proyecto RECOVER, una iniciativa en favor del reciclaje de plásticos. RECOVER reúne a 17 socios multidisciplinares que investigan para proporcionar soluciones biotecnológicas novedosas utilizando la acción combinada de enzimas y organismos.
Mediante esta iniciativa se persigue la remediación de la contaminación por plásticos en los campos agrícolas y la conversión de residuos plásticos agroalimentarios no reciclables en bioferfilizantes y plásticos biodegradables para aplicaciones agrícolas y de envasado de alimentos.
Proyecto RECOVER, una iniciativa para reciclar plásticos
El objetivo principal del proyecto RECOVER es convertir los residuos plásticos en biofertilizantes y bioplásticos para aplicaciones agrícolas y de envasado de alimentos.
Para ello, transforman gran parte de estos plásticos en componentes de los que se extrae la quitina, un ingrediente para fabricar plásticos biodegradables, a través de la colaboración de los microorganismos del sistema digestivo y las enzimas que producen los insectos y las lombrices.
Desde que arranca este proyecto hace ya dos años (concretamente, el 1 de junio de 2020) la actividad del consorcio se ha centrado, por un lado, en identificar los plásticos presentes en los residuos plásticos agroalimentarios.
Continuando con la selección de los organismos/enzimas candidatos y las condiciones básicas necesarias para transformación de los cuatro plásticos de origen fósil más representativos (PS, LDPE, PET, LLDE). Cuatro combinaciones microbianas (consorcios) han mostrado una capacidad prometedora para utilizar la gama completa de polímeros plásticos como fuente de carbono.
Adicionalmente se han seleccionado las lombrices Eisenia foetida y Lumbricus terrestres, destinadas a escenarios de biorremediación de suelos y vermicompostaje.
Por otra parte, se está llevando a cabo la producción a escala de laboratorio de formulaciones microbianas y combinaciones de insectos/lombrices con microorganismos para determinar las mejores condiciones para la degradación de los plásticos y el escalado de su producción.
Estas condiciones se están aplicando en ensayos de campo, reactores de compostaje y cultivos de insectos para validar el nuevo proceso a escala piloto, así como para la posterior validación de los subproductos del proceso en aplicaciones de alto valor añadido para diferentes usos finales en la alimentación y la agricultura.
El proyecto RECOVER tendrá un impacto medioambiental muy positivo. Se espera que una mayor integración de los sistemas biocatalíticos maximice los rendimientos de la transformación, sea más flexible, permitiendo el tratamiento de flujos de residuos plásticos mixtos, y que haga posible la conversión de plásticos fósiles en homólogos biodegradables en un solo, así como paso la reducción de la gran cantidad de plástico que actualmente se entierra en los vertederos o se incinera con las implicaciones que esto tiene para la liberación de GEI.
Además, se preservará el terreno agrícola evitando la contaminación. Las nuevas iniciativas de reciclaje aumentarán el reciclaje de plásticos en la UE en un 12%, generando nuevos puestos de trabajo. Y, se evitará alrededor del 80% de las emisiones de CO2 causadas por la incineración común de plásticos.
Este proyecto ha recibido financiación de la Empresa Común de Industrias de Base Biológica en el marco del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea bajo el acuerdo de subvención nº 887648.