Ante la llegada del frío, aprovecha para usar estos abonos y subir la temperatura del suelo
Os contamos los tipos de enmiendas orgánicas que existen y sus correspondientes ventajas para nuestros cultivos.
Abono orgánico es el término usado para referirse a la mezcla de materiales que se obtienen de la degradación y mineralización de residuos orgánicos de origen animal (estiércoles), vegetal (restos de cosechas) y restos leñosos e industriales (lodos de depuradoras). Las enmiendas orgánicas, posteriormente, se aplican a los suelos con el propósito de mejorar sus características químicas, físicas y biológicas.
La clave de su uso está en que son enmiendas orgánicas que mejoran la calidad del suelo, a la vez que reutilizamos recursos que naturalmente se iban a desechar. Por eso, el utilizar abonos orgánicos forma parte de las buenas prácticas agrícolas de economía circular (todo se reaprovecha, también en la fertilización).
¿Por qué deberíamos usar abonos orgánicos?
Los biofertilizantes aportan nutrientes que activan e incrementan la actividad microbiana de la tierra, son ricos en materia orgánica, energía y microorganismos y bajos en elementos inorgánicos.
En primer lugar, la opción que suelen buscar los agricultores para el plan de abonado es pensar en los fertilizantes inorgánicos o sales minerales. Estos abonos solían ser más baratos (aunque ya no tanto) y al ser más concentrados se solía aplicar con dosis más precisas. Pero está claro que el precio, a día de hoy, es un factor de compra crucial en el desarrollo de cualquier plan de abonado.
No obstante, la crisis de los fertilizantes a nivel global ha hecho que se de la vuelta a la tortilla, y se busquen otras soluciones más económicas. Además, salvo en cultivos hidropónicos, siempre es necesario añadir los abonos orgánicos para reponer la materia orgánica del suelo.
Precisamente, en esta época del año, ante la llegada del frío, recomendamos el uso de los abonos orgánicos porque elevan la temperatura del suelo. Esto contribuye a la formación y desarrollo de raíces, y por lo tanto mejorando la nutrición de las plantas. Por contra, una disminución de la materia orgánica en los suelos los vuelve fríos, lo que afecta sus características físicas, químicas y biológicas. En definitiva: empeora el crecimiento del cultivo ante la ausencia de materia orgánica en el suelo.
Desde el inicio de la agricultura, el uso de abono orgánico en las cosechas ha aumentado mucho debido a la demanda de alimentos frescos y sanos para el consumo humano. Por eso, el abono orgánico suele de ser de gran uso para las plantas, ya que ayuda con su crecimiento y ajustes.
4 ventajas de los fertilizantes orgánicos
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Estos abonos permiten aprovechar los residuos orgánicos. Es el reciclaje más elemental que se hace en el propio terreno.
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Microbiota: aumentan la actividad microbiana del suelo, lo que a la larga mejora las condiciones del mismo.
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Recuperan la materia orgánica del suelo, favoreciendo la retención de nutrientes y permiten la fijación de carbono en el suelo, así como también mejoran la capacidad de absorber agua. Es un ciclo cerrado de mejoras dentro de las buenas prácticas agrícolas.
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Suelen necesitar menos energía para su elaboración, lo que indudablemente hace que sean más económicos, en comparación con los fertilizantes de síntesis que se han encarecido por culpa del aumento del precio de la energía (especialmente del gas natural que se usa en su fabricación).
¿Quieres saber más sobre el uso de abonos orgánicos?
Por último, desde Sembralia te podemos orientar a la hora de aplicar enmiendas orgánicas, dado que existen varios tipos de abonos orgánicos. En función de tus necesidades, te puede intersar una enmienda orgánica u otra, según su forma de aplicación (por ejemplo).
Y es que los abonos orgánicos son muy diversos:
- Existen abonos sólidos (como el compost, humus de lombriz o lombricompost y bokashi), que se pueden aplicar en forma de pellet o polvo.
- También hay abonos líquidos, que se clasifican en producción aeróbica (purín) y de producción anaeróbica (biol)
- Y para terminar, los llamados abono verdes: los que proceden de plantas (forrajeras, leguminosas, etcétera). Su aplicación es muy frecuente en jardinería, porque se deja directamente la materia vegetal muerta (hojas o restos de poda) que sirve de mantillo que protege el suelo del sol y ayuda a mantener la humedad. Estos restos al final se descomponen, con lo que finaliza el proceso de abonado orgánico naturalmente.
Sea cual sea tu necesidad de materia orgánica, en Sembralia queremos darte algunas claves, por lo que te recomendamos ampliar la información en estos artículos: