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Crece la preocupación en sector ganadero por la falta de forrajes y paja.
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El aumento de precio de las pacas y la escasez de stock hace que se dispare la búsqueda entre los ganaderos.
El heno y la paja son productos forrajeros que habitualmente no se consideran principales dentro del sector primario. Más bien son derivados (productos secundarios) de los que se saca rendimiento en el cultivo agrícola.
Dedicar el cultivo a forrajes es poco habitual, más bien se considera un beneficio colateral. Es el caso del cereal de invierno, cuyo principal objetivo es la obtención del grano. La paja es, por tanto, un producto secundario del que se saca un beneficio, pero que es considerado menor.
Pero... ¿qué pasa cuando en épocas de sequía peligra la campaña? Los pastos para el ganado se convierten, quizá, en el único beneficio que puede obtener una explotación agrícola. Y, a veces, ni siquiera son aptos como para que entre el ganado a comer (por su escaso tamaño o porque directamente han sido devastados por las plagas). Cuando hablamos de sequía, en muchas ocasiones nos olvidamos de las temperaturas que generalmente van asociadas. El gran problema de esta época es el calor y la falta de agua, lo que provoca que se echen a perder los cultivos (si no es por una cosa, es por otra).
La sequía y el aumento de temperaturas son dos de las claves por las que se ha incrementado el precio de la paja, el heno y otros forrajes.
Hay quien señala que la falta de stock de los forrajes, y el aumento de precio de la paja y el heno, se deben a que se están destinando a otro tipo de fines. Los biocombustibles (en formato pelletizado) parecen ser el destino principal de estos forrajes, aunque no es solamente este el problema. La unión de ambas cosas: sequía que destroza cosechas, y fines alternativos de las forrajeras, son el motivo principal por el que están tan cotizadas las pacas de paja.
En primer lugar, cabe destacar que este año nos encontramos ante un fenómeno completamente inusual en el sector primario en España. Hablamos de la importación de forraje para el ganado. Es decir, ante la imposibilidad de dar de comer a la cabaña ganadera de nuestro país con la propia producción se va a tener que recurrir a las fuentes de otros lugares del mundo. La importación de forrajes no es muy habitual, pero no por ser poco frecuentes es algo extraño. En otras ocasiones se ha tenido que recurrir a elementos para nutrición animal, como el heno y la paja, que han venido de fuera. En ese sentido, cabe recordar que la cadena de suministro está garantizada, porque gracias a que el sector agronegocios en nuestro país está muy desarrollado, poseemos una fuerte industria que lo respalda.
2 comentarios
Anonymous
Hola Jorge,
Muchas gracias por su comentario, lo tomaremos como inspiración para elaborar futuros artículos.
Un saludo.
Jorge Guamani
Favor, no habla sobre cual tiene mejor rendimiento en los animales