Aplicación selectiva de herbicida sobre suelo (para herbáceos).

Las malas hierbas en terrenos agrícolas pueden llegar a ser un grave inconveniente para los agricultores, fundamentalmente porque causan importantes pérdidas económicas. La problemática principal de estas plantas, también llamadas maleza, consiste en la competencia con los cultivos. Por así decirlo, las malas hierbas roban recursos tales como son el agua, la luz, los nutrientes… pero también pueden suponer un problema porque dificultan las labores de recolección.

De hecho, las consecuencias derivadas del efecto de las malas hierbas son una reducción en el rendimiento de la cosecha y un aumento de los costes. De este modo, gracias a un uso correcto de los herbicidas se consigue eliminar o interrumpir el desarrollo de la maleza. En definitiva, los herbicidas son una herramienta muy valiosa para preservar el rendimiento económico de los agricultores.

¿Qué factores afectan a la eficacia de los herbicidas contra las malas hierbas?

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la acción y eficacia de los herbicidas depende de diversos factores. Éstos pueden ser, entre otros:

  1. El estado de desarrollo de las malas hierbas
  2. Según el tipo de malas hierbas
  3. Las características del suelo
  4. El nivel de humedad
  5. Estado de desarrollo del cultivo principal

Además, hay varios tipos de herbicidas y existen distintas maneras de clasificarlos en función de los criterios que se utilicen. En este artículo nos centraremos en tres tipos de clasificaciones de los herbicidas:

  1. Tipo de mala hierba a la que afectan
  2. Persistencia en el suelo
  3. Momento de aplicación

Tipos de herbicidas según las malas hierbas que combaten

Los herbicidas en función de las especies sobre las que tienen efecto se dividen en herbicidas totales y herbicidas selectivos:

  • Los herbicidas totales son productos que no discriminan entre distintos tipos de malas hierbas y actúan sobre todas por igual. Este tipo de herbicidas se utilizan cuando no hay ningún cultivo de interés en el terreno o en cultivos leñosos con sistemas de protección a los troncos para que no los dañe. Estos productos debido a su amplio espectro de actuación no se pueden aplicar en cultivos herbáceos ya que afectaría al cultivo de interés del mismo modo que a las malas hierbas.  Existe un gran número de materias activas incluidas en este grupo por lo que es una práctica muy beneficiosa la combinación de materias activas en un mismo tratamiento para potenciar el efecto herbicida. Asimismo, es muy recomendable el uso de distintas materias activas en años consecutivos para evitar la aparición de resistencia. La materia activa más extendida en este grupo es el glifosato,. A día de hoy, muchos herbicidas consisten en una mezcla de glifosato y con otras materias activas.
  • A diferencia de los productos anteriores, los herbicidas selectivos tienen un espectro más reducido de acción y por ello se pueden aplicar cuando el cultivo está ya establecido. Este tipo de herbicidas se utilizan para cultivos herbáceos y se debe tener un cuidado especial con la dosis de aplicación, porque un herbicida selectivo en una dosis superior a la recomendada puede convertirse en un herbicida total y arruinar el cultivo de interés. Además, en función del tipo de malas hierbas que se quieran tratar, existen materias activas para especies de hoja ancha y especies de hoja estrecha.

Herbicidas según el tiempo de persistencia en el suelo

Se puede hacer una segunda clasificación en función de la persistencia en el suelo de cada herbicida:

  • Los herbicidas residuales son aquellos productos que perduran activos en el suelo por un tiempo prolongado y, por lo tanto, son eficaces para el control de malezas que todavía no han germinado. Su método de actuación consiste en que cuando la semilla que está presente en el suelo germina, se pone en contacto con el herbicida y no se desarrolla la planta. Como regla general son poco móviles en el suelo y por ello deben ser posicionados en un grosor de capa adecuado mediante un riego o un laboreo. Para un correcto funcionamiento de loa herbicidas residuales es prioritario que haya un cierto nivel de humedad en el suelo o, en su defecto, que se pueda aplicar un riego posterior a su aplicación. Además, para suelos con alto contenido en arcillas y materia orgánica será necesaria una mayor dosificación porque el herbicida en estos casos queda adsorbido a los coloides del suelo y está menos disponible para actuar sobre las malas hierbas.
  • Los herbicidas foliares se aplican sobre los tallos y hojas de las malas hierbas que se desean destruir, pero a su vez, hay dos subgrupos en función del modo de actuación:
    • Herbicida foliar de contacto: Este tipo de herbicidas actúa destruyendo únicamente las partes sobre las que se aplica, pero no actúa sobre la raíz.
    • Herbicida foliar sistémico: Se aplican también sobre la parte aérea de las plantas. La diferencia es que estos no destruyen las partes de la planta sobre las que se aplica, sino que el herbicida es absorbido por la planta y se transloca mediante el floema a todas las partes de la planta provocando su muerte.

Variedades de herbicidas según el momento de aplicación contra las malas hierbas

Por último, existe una última clasificación en función del momento en el que se aplica el producto:

  • Los herbicidas de presiembra: Son aquellos que se aplican previos al inicio de la siembra, muy recomendable cuando se practica la siembra directa. Este tipo de herbicidas son en su mayoría residuales
  • Herbicidas postsiembra: Son los que se aplican tras la siembra del cultivo principal y también se dividen en dos grupos:
    • Herbicidas de preemergencia: son aquellos que se aplican una vez se ha sembrado el cultivo, pero este todavía no ha emergido. Son herbicidas residuales y son recomendables cuando ha habido problemas anteriores de malas hierbas en la parcela.
    • Herbicidas de post-emergencia: se aplican después de la emergencia de las malas hierbas. Este tipo de herbicidas suelen ser de acción foliar y es importante su aplicación en los primeros estados de desarrollo de las malas hierbas para conseguir una mayor eficacia. Sin embargo, es importante conocer que el herbicida no tendrá efecto sobre las malas hierbas que aún no han geminado, por lo que debe encontrarse un equilibrio entre primeros estados de desarrollo de las plantas y malas hierbas que pueden todavía emerger.

En resumen: la clasificación de los herbicidas se basa en su modo de acción, momento de aplicación y persistencia en el suelo. Se deben tener en cuenta estas categorías al elegir y utilizar herbicidas para asegurarse de que sean efectivos en el control de las malas hierbas y que no causen daño no deseado a los cultivos y el medio ambiente.

Por último, es esencial recordar que hay que seguir las instrucciones de etiqueta y tomar medidas de seguridad adecuadas al manejar los herbicidas.

Además, es importante considerar las necesidades específicas de cada situación agrícola al elegir el herbicida adecuado. De lo que se trata es de maximizar su eficacia y minimizar su impacto negativo el medio ambiente, para lograr una agricultura sostenible y saludable. 

AutorJorge Salgado, Departamento Agronómico de Sembralia.

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Herbicida aplicado al suelo para elaborar caminos o cortafuegos.

 

Manejo de resistencias a herbicidas

Un fenómeno alarmante que ha ganado relevancia en las últimas décadas es el desarrollo de resistencia a los herbicidas por parte de ciertas especies de malas hierbas. Esta resistencia puede llevar a que algunos herbicidas dejen de ser eficaces, con consecuencias significativas para el rendimiento de los cultivos.

La resistencia a los herbicidas se produce cuando una población de malas hierbas, que anteriormente era controlada por un herbicida, comienza a sobrevivir y reproducirse a pesar de la aplicación de dicho producto. Esto suele suceder como resultado de la sobrevivencia de individuos con características genéticas que les permiten resistir al herbicida. Estas malas hierbas resistentes pueden luego reproducirse y propagar sus genes de resistencia en la población.

Existen diversas estrategias que los agricultores pueden adoptar para gestionar y prevenir la resistencia a los herbicidas:

  • Rotación de herbicidas: Una de las estrategias más comunes es la rotación de herbicidas. Esto implica utilizar diferentes tipos de herbicidas, con diferentes modos de acción, en diferentes temporadas de cultivo. Al hacerlo, se disminuye la probabilidad de que las malas hierbas desarrollen resistencia a un herbicida específico.
  • Manejo integrado de malezas: Este enfoque combina diferentes métodos de control de malezas, como la rotación de cultivos, la labranza, la aplicación de herbicidas y otras prácticas culturales. Al usar un enfoque integrado, es menos probable que las malas hierbas desarrollen resistencia a los herbicidas.
  • Uso responsable de herbicidas: Esto implica seguir las recomendaciones de dosificación y aplicación especificadas en la etiqueta del producto. La sobredosificación puede promover la resistencia, ya que ejerce una presión selectiva más fuerte sobre las malas hierbas.
  • Monitoreo regular de los campos: Los agricultores deben realizar un seguimiento regular de sus campos para detectar signos de resistencia lo antes posible. Si se detecta una población de malas hierbas resistente, se deben tomar medidas inmediatas para manejarla y prevenir su propagación.

La resistencia a los herbicidas es una amenaza significativa para la agricultura moderna. Sin embargo, a través de una gestión cuidadosa y la adopción de prácticas agrícolas sostenibles, es posible mitigar este problema y preservar la eficacia de nuestros herbicidas para las generaciones futuras.

Algunos productos interesantes de Sembralia:

En nuestro portal de venta al agricultor encontrarás herbicidas de primeras marcas al mejor precio. Aquí te proponemos una pequeña selección para eliminar las malas hierbas con cualquiera de los tipos de herbicidas que tenemos en el catálogo.

Nuestro objetivo es ayudarte a acabar con esas plantas indeseadas en terrenos que han sido cultivados o van a serlo próximamente.

Tanto para agricultura como para jardinería y paisajismo, acabar con las malas hierbas es fundamental para que proliferen nuestras plantas.

Clasificación de herbicidasHerbicidasMalas hierbasMalezaTipos de herbicidas

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