El peral es uno de los árboles frutales más frecuentes en España. La facilidad de cultivo de los perales, junto con que hay variedades que dan fruto en diferentes épocas del año, hacen que sean un árbol ideal para huertos y jardines domésticos.
Te contamos los cuidados que debes tener con el peral para afrontar posibles plagas, enfermedades o daños que puedan sufrir los perales. De hecho, hacemos esta diferenciación porque aunque las nefastas consecuencias para el peral son similares, hay que diferenciar lo que está atacando al árbol.
Una vez detectado el problema, podremos poner remedio a través de los muchos insecticidas que te proporciona Sembralia, con diferentes modos de aplicación, en función de las necesidades.
Principales daños que sufren los perales
Tenemos que estar pendientes de las inclemencias del tiempo para evitar daños abióticos. Nuestros frutos se pueden resentir por una serie de factores, que como son estacionales se pueden prevenir fácilmente.
Y es que si tienes perales y quieres obtener buenos frutos, debes prestar especial atención a:
- Lágrimas (heladas primaverales)
- Anillo de heladas (heladas primaverales)
- Moteado por granizo ligero (pequeño)
- Grandes marcas (granizo fuerte)
- Chapa oscura (golpe de sol)
- Golpe de sol en chapa roja
- Encastrado en rama
- Roces por ramas u hojas
Pero, por desgracia, existen otros muchos factores que pueden deteriorar nuestros perales.
Las plagas y las enfermedades son los puntos clave en los que vamos a centrarnos hoy. Y es que si hacemos un buen diagnóstico, conseguimos poner pronto remedio. Es tan sencillo como acudir a la raíz del problema, para evitar que se propague el mal y que sea irremediable.
¿Qué plagas sufren los perales?
Entre las plagas que puede sufrir el peral, los insectos más perjudiciales son:- Psila del peral (Cacopsylla pyri, Psylla pyri) es de la familia Psyllidae. Las larvas son de forma aplanada, color amarillo al principio y oscuras en los últimos estadios.
- Pulgones como los áfidos, el más importante es Dysaphis que frena el desarrollo de los brotes en verano, enrolla y deforma las hojas y detiene o altera la formación del fruto (inutilizándolo para su comercialización) también producen daños indirectos por la melaza que segrega.
- Lepidópteros, entre los que destacan:
- Cossus cossus: sus larvas excavan galerías en brotes jóvenes primero y en madera más vieja, atacando finalmente al cuello del árbol pudiendo llegar a destruirlo (sobre todo en plantaciones jóvenes).
- Cydia pomonella o carpocapsa: sus larvas también excavan galerías, pero en este caso en el fruto, al que dañan superficialmente, depreciándolo comercialmente, o dañándolo de tal forma que alcanzan las semillas produciendo la caída del fruto.
- Cacoecimorpha pronubana: sus larvas atacan a brotes, hojas y frutos, provocando lesiones en la piel y deformándolos.
- Himenópteros, destacando:
- Janus compresus también conocido como el gusano de los brotes del peral, cuyo adulto ataca a los brotes jóvenes produciendo pequeñas heridas que cicatrizan y lo ennegrecen hasta secarlo. El objetivo es proteger el posterior desarrollo de la plaga (muy importante en viveros y en plantaciones jóvenes).
- Hoplocampa brevis: ataca los ovarios de la flor, provocando la caída en la mayoría de los casos.
- Los ácaros más importantes que atacan los perales son:
- Epitrimerus pyri: también conocido como ácaro blanco o ácaro del russeting del peral, que ataca hojas y frutos, produciendo sobre estos últimos cuando son jóvenes un pardeado y endurecimiento de la piel (russeting) en la zona estilar que puede alcanzar a toda su superficie, depreciándolo seriamente. Sobre las hojas pueden aparecer pequeñas pústulas (ácaro de las agallas del peral) que pueden reducir su función.
- Panonychus ulmi: decolora las hojas, que adquieren un aspecto plomizo que torna en marrón, interfiriendo en su función y reduciendo la floración, y por tanto, la cosecha siguiente.
- Homópteros (como la Cacopsylla pyri, cuyas ninfas producen en el árbol atacado unas picaduras que causan un debilitamiento general, y en los casos más virulentos dando lugar a deformaciones de los órganos afectados pudiendo llegar a una caída prematura de las hojas. Las ninfas segregan sobre las hojas una melaza, la cual constituye un lecho muy apropiado para el hongo negrilla (perturbando la fotosíntesis). Sobre los frutos produce una reducción de su calidad comercial.
¿Y cuáles son las enfermedades más frecuentes?
Quizás pienses que las plagas de insectos son la principal amenaza de los perales, pero en realidad la enfermedades criptogámicas también pueden causar problemas.
De hecho, las enfermedades más importantes del peral son:
- Moteado: producida por el hongo Venturia pririna. Los síntomas se presentan en hojas, en cuyo envés aparecen unas manchas verde-violáceas, oscuras y pulverulentas, que las deforman y provocan su abscisión, y en frutos, sobre los que producen punteaduras que van aumentando en número y superficie, generando finalmente grietas y fisuras en tejido subyacente.
- Roya: ocasionada por Gymnosporangium clavariiforme. Atacan frutos jóvenes, pedúnculos, ramitas y sobre todo, a las hojas, en cuyo envés origina unas manchas ovales en las que terminan apareciendo punteaduras oscuras.
- Septoriosis: originada por el hongo Septoria piricola y caracterizada por la formación de pequeñas manchas sobre las hojas, primero marrones y más tarde grisáceas. Finalmente se dan pequeños puntos muertos en las fructificaciones.
- Necrosis: enfermedad debida al hongo Sphaceloma prinum muy frecuente en plantaciones de peral costeras y con suelos húmedos, que afecta sobre todo a las hojas en cuyo haz origina manchas, de color violáceo oscuro al principio y grisáceo después.
- Phytophthora cactorum y Armillaria mellea: aunque peligrosas, no presentan problemas graves en el peral por la buena tolerancia, en general, de los patrones utilizados.
Las enfermedades producidas por virus más importantes que afectan al peral son:
- Amarillamiento de las nerviaciones (vein yellows): se inicia en las nerviaduras terciarias, luego las secundarias y finalmente las primarias, que se ve acompañado de un moteado rojo sobre la superficie foliar.
- Mosaico anular (ring pattern mosaic): produce anillos cloróticos sobre las hojas y, en algunas variedades, anillos rugosos sobre la piel de los frutos que no afecta a la pulpa.
- Decaimiento del peral (pear deline): origina un decaimiento progresivo del árbol con abscisión prematura de hojas, floraciones abundantes y un reducido cuajado, se presenta cuando se utiliza el patrón franco.
- Desecamiento bacteriano: producido por el patógeno Pseudomonas syringae, que se caracteriza por la aparición en invierno de chancros y zonas necrosadas en la corteza de las ramas, necrosis de primavera de yemas de flor en brindillas coronadas, dardos y lamburdas, que pueden afectar al 80% de las yemas.
- Tumores en el cuello y raíces: producto del Agrobacterium tumefacines. Los daños que produce son de dos tipos: formación de tumores en forma de verruga en cuello y raíces, y aglomeraciones de masas de raíces, finas y fibrosas, en determinadas zonas de las raíces principales y del cuello.
- Fuego bacteriano: es una enfermedad provocada por la bacteria Erwinia amylovora, que provoca daños sobre brotes jóvenes que pierden rigidez y decaen, hojas y flores, que adquieren un aspecto seco y negro, como quemado. En los frutos, las partes afectadas toman inicialmente un aspecto húmedo que se va oscureciendo, quedándose momificados sobre el árbol y presentando, a veces, exudados y filamentos bacterianos sobre su superficie. Por suerte, esta enfermedad apenas existe en España, aunque haya sido detectada en algunas plantaciones. Pero causa estragos en los perales del centro y norte Europa.
Ahora que conoces los tipos de enfermedades, daños y plagas que afectan al peral, es hora de determinar si sufre alguno de ellos.
Si tienes dudas sobre el diagnóstico, tenemos un servicio de consultoría en Sembralia que te ayudará a reconocer qué pasa con tus perales, y a recomendarte el producto que más se adecua.