Apostar por la soja certificada es apostar por la sostenibilidad ambiental
La
soja es una proteaginosa que durante siglos se cultivó ampliamente en Asia y suponía la principal fuente de aceite. Si vas a un restaurante chino serás consciente de este hecho. A nivel mundial, el aceite de soja supone el 25% del consumo, solamente superado por el aceite de palma que representa el 33%.
No todo el aceite de soja se destina a alimentación, una parte considerable se utiliza para energía. El famoso biodiesel que lava las conciencias de personas sintiéndose ecologistas, no es otra cosa que un alimento producido no se sabe dónde, tal vez en lo que antes era un bosque y transportado a miles de kilómetros en un barco para mover un autobús.
Pero
la soja no es protagonista por su aceite (el 20% del contenido del haba) sino por su harina (el 40% aproximadamente), ya que es la proteína más usada en alimentación animal. Supone el 64% de la fuente proteica de los piensos, respecto a otras como la colza que solo ocupa el 11%.
Y es por esto por lo que
la producción mundial de soja no para de crecer. Asia (y en especial China) han despertado a toda velocidad al consumo de proteína animal, tanto producida por ellos como por nosotros (lácteos y carne de cerdo). Hoy en día,
sin soja no es posible producir competitivamente estos productos. En el año 2000 China compraba el 10% de la soja que se exportaba y hoy ya se lleva más del 70%. Sus importaciones se han multiplicado por 10. “La soja vino de China y a China se va la soja”.
¿Por qué la soja es la proteína vegetal que más crece?
La expansión de este cultivo se realiza en zonas muy concretas del mundo, ya que necesita calor y lluvias estivales. Cuando hace 15 años se produjo el boom del aceite de palma para biodiesel, la expansión de la palma en Indonesia y Malasia generó un desastre ecológico sin precedentes por la masiva deforestación de selva. Los gobiernos y entidades internacionales, presionados por movimientos ecologistas, obligaron a las empresas productoras que certificaran que el aceite no era originado en zonas deforestadas.
Pero parada esta locura, le toca su vez a la soja, que vuelve a ser el cultivo que más crece y toma tierras necesarias para la biodiversidad de especies y pulmones de nuestro planeta. Si no se garantiza a los consumidores que la soja utilizada para producir la carne y lácteos que consumen no está deforestando, dañando a la tierra con plaguicidas o expulsando a comunidades indígenas, el rechazo a carnes y lácteos no parará, suponiendo la ruina para los ganaderos europeos.
Certificados de sostenibilidad en origen
¿Y cómo podemos garantizar esto? No es nada fácil. Debemos de conocer primero la logística de este producto. Pongamos el ejemplo de Brasil. Cuando llega la cosecha, los
agricultores venden el haba de soja al mejor postor y se empieza a producir acopio de haba en diferentes puntos del país. Almacenes y silos que abarcan toda la geografía de la soja, que en Brasil es muy extensa. Las llamadas allí “esmagadoras de soja” que son molinos extractores de aceite, no paran de funcionar, inundando de un olor característico a todas las ciudades cercanas. Es poco el aceite que exporta Brasil, lo consume mayoritariamente y una gran parte de la harina resultante es exportada. Pero un volumen muy elevado de habas es exportado a Europa y a China, como tal y no como harina. Durante más de dos meses, los puertos brasileños no dan abasto a recibir camiones de todos los lugares de acopio antes mencionados. Miles y miles. Yo he avanzado en colas de 100 km (25.000 camiones) que esperaban descargar en puerto ese día o el siguiente.
Un barco cargará en sus inmensas bodegas miles y miles de camiones de soja de muy diferentes orígenes. Imposible saber de que agricultores y de que zonas. Un
agricultor puede vender soja a varios acopiadores y su misma cosecha puede acabar al mismo tiempo como haba en un puerto de China, como harina en otro de Europa y como aceite y harina en los hogares brasileños.
Siempre existe la posibilidad de comprar haba a un grupo de agricultores, certificarles y cargar esta haba en un container para que llegue perfectamente identificada a un cliente en Europa, pero el costo de esto es totalmente inasumible para cualquier ganadero. Es lo que se llaman certificados de
soja de identidad preservada agricultor a agricultor. Si es formando lotes de varios agricultores, pero con el mismo origen y procedimientos de cultivo, sin mezclarse con ninguna otra, se llaman
certificados de segregación, generalmente usados para la soja No OGM o para la soja ecológica.
La opción práctica que surgió en su momento para comprometer al sector agropecuario con la sostenibilidad de la producción de la soja, de una forma práctica y barata, es la de comprar
certificados Book & Claim. En realidad, son derechos que se compran a certificadoras que han in situ certificado la originación de soja, auditando a sus agricultores. Generan un pool de soja certificada y van vendiendo certificados de este pool. El comprador de este certificado recibirá una soja de un origen difícil de identificar, pero sabrá que, si ha comprado un certificado de 100 toneladas, habrán sido auditadas 100 toneladas en algún lugar de producción. Si compra otras 100, serán auditadas otras 100.
Si se quiere que esos certificados correspondan al área de donde te estás aprovisionando, estarás comprando un
Área Mass Balance, lo cual es un avance muy importante sobre la situación más corriente a nivel de trazabilidad. Especialmente sobre la harina de soja producida en Europa a partir de haba de soja importada. El flujo de mayor trazabilidad correspondería a la harina importada en Argentina.
En CEFETRA estamos comprando toda nuestra soja en un molino que recibe haba, produce harina y carga los barcos, todo en el mismo lugar, sin mezcla de harinas de otros lugares. Certificados de sostenibilidad o de no deforestación son cosas diferentes a trazabilidad, pero es conveniente tener ambas.
Y todo esto porque la demanda de certificados de soja y del nivel de estos, no para de crecer por parte de consumidores, supermercados y empresas de alimentos. En breve, no tengo duda que
solo se venderá soja certificada con su correspondiente huella de carbono, ya que todo el proceso de obtención y logística será analizado. Aunque vamos en la cola de Europa, estamos siguiendo los mismos pasos que el resto de los países.
AUTOR: Alfonso Raffin (Project Consultant CEFETRA GROUP)
*Este artículo se publicó originalmente en el número 304 de la revista Tierras Agricultura, en la sección de ‘Mercados’, correspondiente al mes de enero de 2022.