Los subproductos de cereales y proteínas vegetales son una interesante y económica fuente de nutrientes
Las proteínas vegetales están empezando a tener gran interés, dado el incremento de los precios en las materias primas (especialmente las destinadas a consumo animal). Y es que debido al encarecimiento de los combustibles, se están empezando a explorar otras vías de suministro de proteínas, como las de origen vegetal.
Los subproductos y derivados de cereales y oleaginosas son una interesante fuente de nutrientes, tanto para consumo humano como para alimentación animal. Por su calidad, buen precio, y por su facilidad de obtención, se están convirtiendo en una tendencia en el sector agronegocios.
En el caso de cascarilla, como fuente de fibra es habitual verla en piensos y compuestos. Pero no solo son interesantes los compuestos de fibra.
De hecho, son muchas las empresas interesadas en producir proteínas y concentrados de proteínas vegetales así como extrusionados húmedos para alimentación humana, como alternativas a las proteínas animales. Es decir, estamos en un contexto en el que cada vez existe una mayor concienciación de la población hacia la reducción del consumo de estas últimas, y que da lugar a la creación de nueva tendencia agroalimentaria.
Subproductos y derivados, fuente de proteínas vegetales
Destacamos algunos de los cultivos más interesantes:
Habas forrajeras
En España, el cultivo de habas destinados a la elaboración de proteínas y concentrados de proteínas vegetales para consumo humano es una realidad. Tiempo atrás las habas se usaban para consumo animal y como fijante del nitrógeno (es decir: un cultivo que incluso se contemplaba dentro del plan de abonado, para el mejoramiento del suelo, en casos de cultivo ecológico). Pues bien, hoy en día se han convertido en un producto muy interesante por su elevado contenido en proteína vegetal. Las variedades de habas forrajeras Rumbo y Fabiola son las más demandadas por su alta calidad.
Guisantes
Con un contenido de proteína del 31-32% después del descascarillado, el guisante es una fuente de proteína vegetal tradicional. Por su versatilidad, se usa como espesante de otros compuestos. Y en alimentación humana destaca para la elaboración de pastas y cremas.
Garbanzos
La obtención de nutrientes de proteína vegetal a base de garbanzo es frecuente en Oriente Medio, donde forman parte de su cultura gastronómica. Los españoles somos grandes consumidores de garbanzo en época de frío (en cocidos, potajes y guisos) y esa tendencia se traslada también a la nutrición animal, a través de harinas que complementen el contenido proteico de los piensos. Además de ser fácilmente digerible, la proteína del garbanzo aporta un excelente sabor.
En definitiva, las proteínas vegetales son una interesante alternativa, ya que son ricas en nutrientes, además de tener más fibra que las animales, junto con su mayor digestibilidad. Pero sea como sea, ambas proteínas pueden aportarnos grandes ventajas para nosotros y nuestros animales, por lo que ambas deben encontrarse en nuestra alimentación.