El mantenimiento de suelos es el gran reto de la agricultura del siglo XXI
Anteriormente os hemos hablado de la importancia del mantenimiento de los suelos, porque es el principal patrimonio de los agricultores. Lo vemos en que cada vez son más conscientes de cómo las buenas prácticas agrícolas ayudan a mantener esos suelos en buen estado.
Pero para saber cómo debemos obrar, tenemos que conocer la situación actual de la conservación de los suelos españoles. Y es que se suele decir que el suelo es un recurso no renovable, porque el tiempo que se necesita para formar un suelo es del orden de miles de años (aproximadamente estamos hablando de un 0,1-1 mm cada año).
Por eso, cuanto más conservemos el suelo en óptimas condiciones, mejor nos irá en la agricultura. Es lo que llamamos el sostenimiento consciente de los suelos.
Algunos datos sobre la conservación de los suelos
Primeramente, vamos aa detallar ciertos de los datos sobre la conservación de suelos en España:
- La tasa de erosión es 2 veces superior a la de formación.
- Debido a ciertas prácticas, se estima la reducción entre el 13-36% en los stocks de carbono del suelo hasta final de siglo.
- Microbioma: por el mismo motivo, se observa en los suelos españoles una disminución de la diversidad de lombrices de tierra asociados a usos del suelo.
- Ciertas regiones españolas sufren de contaminación por Cd o Cu (que por suerte se pueden corregir, en muchos casos, mediante la correcta adición de insumos).
- Se calcula que hay un 23% de suelos agrícolas con densidades críticas de compactación.
- Y en comparación con los territorios del resto de la UE, se cree que el 2,43% de los suelos están sellados.
¿Y qué dice la Agenda 2030 de la conservación de los suelos?
Los organismos internacionales (FAO/ONU y UE) están demostrando con sus políticas que son cada vez más conscientes de lo que las buenas prácticas agrícolas hacen al suelo. La tendencia es la de limitar el uso indiscriminado de pesticidas, y controlar de una manera más estricta la aplicación de insumos.
En líneas generales, lo que marca la agenda 2030 en materia de conservación de suelo se podría resumir en estos 5 puntos:
- Reducción del 50 % en el uso de pesticidas (se apuesta por fitosanitarios más respetuosos con el medio ambiente).
- Aplicar los fertilizantes de manera consciente y eficiente, limitando el desperdicio de insumos agrarios (50% en la disminución del exceso de nutrientes).
- Apostar por otras vías de abonado sinérgicas, que permitan una reducción del 20% de fertilizantes (como, por ejemplo, con otros compuestos como los bioestimulantes que maximicen los efectos de los fertilizantes).
- Agricultura ecológica en el 25% de las tierras agrícolas cultivables.
- Aumento hasta el 30 % de las superficies terrestre protegidas (parques naturales, ecosistemas protegidos, restauración de humedales y detención en la degradación de la tierra).
Por ello, la agenda 2030 es muy específica con las medidas de conservación de los suelos. Estas normas que estamos adoptando paulatinamente se reflejan ya en la PAC. De lo que se trata es que la innovación y la investigación ayude a hacer insumos agrarios eficientes, que contribuyan a hacer estas medidas realidad.
Por consiguiente, las buenas prácticas agrícolas son el primer paso, la industria cada vez está más concienciada para poder sacar adelante una agenda 2030 muy ambiciosa, pero posible.