Para promover la mejor absorción de nutrientes, con fertilizantes alternativos, es necesario trabajar los suelos para que estén en buenas condiciones
Como todos sabemos, el suelo no es un medio inerte y estable, sino que es el resultado de la acción del clima y de los seres vivos sobre la superficie de la tierra durante un período de tiempo.
De hecho, el suelo es un medio muy complejo, en permanente evolución, que nace, crece y puede morir. Se sabe que la formación del suelo se hace bajo la conjunción de dos fracciones claramente diferenciadas: la fracción mineral y la fracción orgánica.
O, dicho de otra forma: las partículas de arcilla y de humus, electronegativas, se unen entre sí por intermedio de cationes minerales positivos (calcio, magnesio, hierro, aluminio), formando el complejo arcilloso-húmico, que debido a su fuerte estabilidad y a su estructura en agregados resiste la acción erosiva del agua.
Para poder actuar sobre el suelo, para poder llevar a cabo diferentes acciones de amejoramiento, es necesario saber cómo se comporta y qué tipo de mejoras se pueden incorporar.
Hoy os vamos a hablar de tres tipos de acciones que nos van a ayudar para que posteriormente puedan absorber fertilizantes alternativos, con lo que nuestra acción sea mucho más eficaz. Las vamos a dividir entre:
- Actuaciones sobre las propiedades físicas
- Acciones químicas para mejorar los suelos
- Acciones sobre las propiedades biológicas
Actuaciones sobre las propiedades físicas
La modificación de la textura para corregir las deficiencias de los suelos excesivamente arenosos o arcillosos se hace con aportación de arcilla y arena, respectivamente; pero esta práctica cae fuera de las posibilidades económicas del agricultor, salvo casos muy concretos de cultivo intensivo.
Algunos factores naturales, tales como el hielo y la alternancia de lluvia y sequía, que dan lugar a dilataciones y encogimientos de las arcillas, modifican ventajosamente la estructura del suelo.
Algunas prácticas agrícolas mejoran la estructura del suelo, como ocurre, por ejemplo, con la rotación de gramíneas y leguminosas y con la incorporación de materia orgánica. Los principales efectos de ésta sobre las propiedades físicas son los siguientes:
- Mejora la estructura del suelo incrementando la agregación de las partículas del mismo, con lo cual los suelos sueltos se hacen más compactos y los suelos fuertes se hacen más esponjosos.
- Aumenta la capacidad de absorción y retención del agua.
- Aumenta la absorción del calor solar (debido al color oscuro de las sustancias húmicas), lo que produce un incremento de la temperatura del suelo.
- Aumenta la resistencia del suelo contra la erosión, ya que los agregados formados en la superficie impiden el arrastre de partículas finas. A su vez, el suelo queda protegido contra el impacto de las gotas de lluvia, que de esta forma provocan poca liberación de partículas finas, que posteriormente pudieran ser arrastradas.
Actuaciones sobre las propiedades químicas
Se llama capacidad de intercambio catiónico a la cantidad máxima de cationes que puede adsorber un determinado suelo. La absorción de la mayoría de elementos nutritivos por las plantas depende de esa capacidad de intercambio, que varía con la proporción de humus y arcilla contenidos en el suelo. De ahí la gran importancia que tiene el humus en la fertilidad de los suelos.
La capacidad de intercambio catiónico juega también un papel importante en la pérdida de elementos nutritivos por lixiviación. En suelos con poca capacidad de intercambio (arenosos o con poco humus) puede haber un arrastre importante con el agua de drenaje.
Con respecto a su influencia sobre las propiedades químicas, la materia orgánica aumenta la fertilidad de los suelos por los siguientes motivos:
- Aporta elementos nutritivos a medida que se mineraliza. La mineralización lenta del humus permite el aprovechamiento del nitrógeno por la planta, ya que de otra forma se perdería, en parte, arrastrado por el agua de lluvia.
- El humus junto con la arcilla forma el complejo arcilloso-húmico, que regula la nutrición de la planta.
- Moviliza los elementos nutritivos bloqueados, como consecuencia de un abonado mineral poco racional, lo cual representa un aprovechamiento de recursos ya existentes en el suelo.
- Regula la salinidad, ya que muchos iones salinos quedan adsorbidos en la superficie del complejo arcilloso-húmico.
- Algunas sustancias húmicas estimulan el desarrollo radical y con ello se hace más efectiva la absorción de nutrientes.
- Aminora los efectos negativos de los agentes tóxicos, tales como pesticidas y metales pesados.
Actuaciones sobre las propiedades biológicas
Las bacterias constituyen el grupo más numeroso, variado y activo de los microorganismos. Su proliferación depende de las condiciones del medio y de la abundancia de alimento. La microbiota del suelo es esencial para mejorar la composición de los suelos.
Respecto a la convivencia simbiótica de cultivo y microorganismos, tiene un papel fundamental la relación C/N de los materiales fertilizantes agregados al terreno.
Cuando la relación C/N está comprendida entre 15 y 20, la descomposición se produce con bastante rapidez. Si esa relación sube por encima de 40-50 o baja alrededor de 10, la descomposición se produce más lentamente.
Os damos una serie de ejemplos prácticos:
- Cuando se entierra un cultivo de leguminosas para abonado en verde (relación C/N comprendida entre 15 y 20), la descomposición es muy rápida, liberándose cantidades importantes de nitrógeno, que se incorporan al suelo.
- Cuando se aporta estiércol, su descomposición se produce a una velocidad media, incorporándose al suelo una parte del nitrógeno liberado.
- Cuando se entierra un rastrojo de cereales (relación C/N superior a 50), los microorganismos acaparan todo el nitrógeno liberado de la materia orgánica y el contenido en el suelo, por lo que éste queda momentáneamente pobre en dicho elemento. Si se siembra a continuación, sería conveniente hacer un aporte suplementario de nitrógeno, con el fin de que haya suficiente para los microorganismos y para el cultivo.
