La cosecha de aceituna de este año 2024 se perfila con expectativas prometedoras, aunque todavía quedan muchas incógnitas por resolver
A medida que los días se acortan y las temperaturas bajan, las almazaras de aceite comienzan a recolectar las aceitunas para producir los primeros aceites “premium 5 estrellas” de la temporada. Estas aceitunas, principalmente de las variedades Picual y Royal, son las que antes se recogen por su tiempo de maduración. Concretamente en la D.O. P. Sierra de Cazorla son especialistas en este tipo de aceituna, que por sus sabores característicos distinguen los AOVEs de la zona.
La cosecha de aceituna varía de un año a otro. Hay muchos factores que influyen en el ritmo de formación del aceite, como las temperaturas y la lluvia. Pero, si se mantiene el mismo ritmo, aproximadamente en un mes, es decir a finales de noviembre, gran parte del aceite estará formado en el fruto y sería una fecha para plantearse la apertura de las almazaras y obtener los mejores aceites posibles.
Según informa el Consejo Regulador de la D.O.P. Aceite Sierra de Cazorla, la producción de aceitunas podría superar los 220 millones de kilos, lo que representa un aumento significativo en comparación con los 67 millones de kilos del año pasado. Sin embargo, la producción todavía está sujeta a varios factores que podrían influir en el resultado final.
En definitiva, el 2024 se proyecta como una campaña de recogida de aceituna con contrastes: si bien algunas parcelas han alcanzado un desarrollo óptimo, otras han enfrentado desafíos por la falta de lluvia, por lo que hay fecha prevista, pero tendremos aún que estar pendientes del calendario.
Así estaban las aceitunas cosechadas en la Sierra de Cazorla en octubre del pasado año (2023).
Noviembre: fecha probable del arranque de la recolección
Antes muchos agricultores tenían la idea de comenzar la recolección en el puente de la Inmaculada (diciembre) y hoy en día es importante adelantarla para producir aceites de mayor calidad. Este adelantamiento no significa que se corte la lipogénesis, puesto que esta se está adelantando en los últimos años, además tiene el beneficio de que se producirá el mejor aceite posible y plagas como la mosca del olivo, que atacan más tarde, están más controladas y se pueden minimizar los daños, porque no le damos tiempo a actuar sobre el fruto. La evidencia es que hay que buscar una solución de compromiso.
Los estudios que actualmente se están haciendo en las parcelas de olivar de la Comarca de la Sierra de Cazorla analizan la evolución del cultivo y de su potencial producción de aceite, en parcelas de secano y de riego.
Una buena señal: aumento en el número de frutos por brote
Uno de los indicadores más alentadores para esta campaña de 2024 es el notable incremento en el número de frutos por brote, que ha pasado de una media de 0.65 el año pasado a 4.05 este año. Este aumento sugiere un potencial de cosecha para 2024 que sea media-alta si las condiciones se mantienen favorables.
En comparación con los años anteriores de sequía, donde la producción media oscilaba entre 180 y 190 millones de kilos, el pronóstico actual es un claro indicativo de recuperación.
¿Qué factores pueden afectar a la cosecha de aceituna?
A pesar del buen pronóstico inicial, existen varias incertidumbres que podrían afectar la cantidad y calidad de la cosecha:
- Desarrollo del fruto: Algunas parcelas han mostrado frutos que no se están desarrollando adecuadamente, lo que podría afectar el peso medio de las aceitunas. Mientras que una aceituna bien desarrollada puede pesar alrededor de 35 gramos, una que no se ha desarrollado bien apenas podría alcanzar los 2 gramos.
- Condiciones climáticas: Las lluvias que puedan ocurrir en los próximos meses serán cruciales. Lluvias tempranas podrían favorecer un buen desarrollo del fruto y aumentar las expectativas de cosecha, mientras que la falta de agua podría reducir significativamente los rendimientos.
- Lipogénesis: Otro aspecto crucial es el proceso de lipogénesis, que determinará la cantidad de aceite que se producirá en los frutos. Este proceso depende en gran medida de las condiciones de crecimiento y la disponibilidad de nutrientes y agua.
¿Qué podemos hacer ahora para potenciar los rendimientos?
Durante este período crítico, los agricultores están enfocados en minimizar las pérdidas de humedad en las plantas. Es el momento adecuado para eliminar chupones y varetas que no contribuyen al desarrollo productivo del olivo, asegurando que los recursos se concentren en las partes más productivas de la planta.
Además, los análisis foliares son esenciales para evaluar el estado nutricional del olivo. Y es que gracias a los análisis foliares se contribuye a determinar las necesidades de nutrientes que aseguran un buen desarrollo vegetativo y un óptimo crecimiento del fruto.
La aplicación de potasa es otro de los factores que ayudan al crecimiento del fruto. De hecho, la potasa aplicada por vía foliar es uno de los trucos habituales para conseguir una buena cosecha de aceituna. La potasa líquida, como el producto Sembralia K22, es un buen aliado para los productores de aceituna, que buscan tener una cosecha excepcional de olivo en 2024.
De hecho, aunque es habitual añadir potasa en verano, ahora es necesario que el agricultor mantenga la fertilización potásica (por vía foliar o por fertirriego) para que la planta madure el fruto de forma óptima, ya que el potasio es muy importante en este proceso y en estas fechas.
Buenas perspectivas para la cosecha de aceituna 2024
A pesar de los desafíos, la expectativa para la cosecha de aceituna de este año 2024 es optimista. El incremento en el número de frutos por brote sugiere un potencial de cosecha que podría superar los niveles anteriores a la sequía. Sin embargo, el éxito final dependerá de factores climáticos y del manejo adecuado de los cultivos en los próximos meses.
Los agricultores y productores deben mantenerse vigilantes y adaptarse a las condiciones cambiantes para maximizar tanto la calidad como la cantidad de la cosecha de aceitunas en esta temporada.
Es por eso que en el caso del cultivo de olivos, es fundamental la vigilancia constante y el manejo adaptativo en el sector agrícola, con técnicas agrícolas sostenibles y el monitoreo del clima para asegurar cosechas exitosas de aceituna, año tras año.
Producir más calidad de aceituna, el objetivo de la campaña
En el olivar, el campo debe marcar las pautas y con la evolución climatológica de los últimos tiempos, donde cada vez más se aprecia que la aceituna hace el aceite antes y las plagas actúan sobre el fruto durante más tiempo y hasta más tarde, es necesario adaptar los calendarios de recolección a lo que nos dice el campo.
Hay que darle tiempo a la planta para que haga su trabajo y realice la lipogénesis en las mejores condiciones y en la máxima cantidad posible, pero no se puede demorar en exceso la recolección o cosecha, porque si se demora excesivamente, corremos el riesgo de que los aceites que obtengamos no sean los de la máxima calidad posible.
Por tanto, es fundamental evitar que el fruto (la aceituna) llegue castigado por plagas como la mosca del olivo que ante la tardanza en la llegada del frío de los últimos tiempos, frío que frenaría de forma natural estas plagas y que cada vez tarda más en llegar, propicia que el retrasar la recolección conlleve un importante riesgo de merma de la calidad en nuestros aceites.